viernes, 12 de abril de 2013

LA MALETA MEXICANA



Hice mía la famosa frase de Robert Capa: "si la fotografía no funciona es que no has estado lo suficientemente cerca". La hice mía y la trasladé al documental que, sobre la aparición en el 2004 de la maleta mexicana, elaboró, entre otros, RTVE. La hice mía porque no me fue suficiente con una vez, tuve que acercarme en más de una ocasión, para experimentar el regusto de un trabajo bien hecho, y para discernir con claridad la cantidad de puntos sensibles que en mi interior se despejaron: la pasión de los fotoperiodistas por su profesión, a riesgo de sus propias vidas, y los sentimientos de rabia, ira, tristeza y a la vez de esperanza que me ofrecieron los testimonios de las víctimas del bando republicano.  Es cierto, poco hemos sabido sobre la guerra civil española. Esta parte de la historia de España se ha ocultado de los textos en los años en que yo estudiaba. Vienen a mi mente alguno de los calificativos que se nos ofrecían, tal vez el más recurrente era el de "la cruzada nacional". Qué ironía, llamar cruzada a una guerra fratricida, cuando lo que corresponde es decir simple y llanamente, ¡qué tragedia!

Sobre el trabajo de los tres fotoperiodistas mosqueteros, qué decir, se encaramaron a una guerra por su  posicionamiento personal en la lucha contra el fascismo, por motivos profesionales, y para ofrecer al mundo unas fotos que constataran la dimensión de esa tragedia, fotos que cambiaron la percepción que hasta ese instante se ofrecía sobre los conflictos bélicos, el impacto de la guerra en la población civil, ya que éstos fueron parte de los objetivos de las acciones militares, mostrándonos la realidad de unos hechos que en mi historia juvenil de formación, se me ocultó por motivos bien definidos: tras el paraguas de una dictadura, todo son sombras.

Fotoperiodistas de guerrillas encaramados a un conflicto y también al estribo de un vehículo, para que allá, cerca de Brunete, Gerda Taro perdiera su vida arrollada por tanque republicano. Otra ironía.

Su pasión por la fotografía le llevó a expresar en sus últimos momentos: ¿has recogido mi cámara? Sí, la tenemos, gracias por darnos el testigo a los que amamos la fotografía; gracias por ofrecernos el testimonio de tu obra, el de un trabajo bien hecho.

Las víctimas... 

Qué decir de vuestro dolor, no hay en mí expresión que pudiera transmitir para compartir vuestro sentimiento, el que expresáis los que aún sobrevivís y el testimonio de vuestros continuadores. La maleta mexicana no sólo ha ofrecido los negativos de unas fotografías, con su descubrimiento una cantidad de valores positivos también afloraron en el anaquel del archivo de Cziki. Positiva es la concienciación de los que nos quedamos, el reconocimiento de vuestras vidas hurtadas en España y la admiración de las vidas reconstruidas en el exilio. En efecto, como alguien ha expresado, no olvidaremos vuestro fracaso porque también es el nuestro, el de todos.  

La guerra civil española terminó. Hora es de reparar la injusticia, sin rencor y con normalidad. Muchos nos cansamos de aquello de "las dos Españas". Con la esperanza que, la maleta de nuestras vidas, quede ordenada al igual que Cziki hizo con los testimonios fotográficos de Capa, Taro y Chim, para que podamos decir de una vez por todas: la postguerra también ha terminado.

¿Habré estado lo suficientemente cerca?

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