martes, 19 de febrero de 2013

CANDELA SE DESPEÑA

Tenía a gala no hablar de la Gala. Poco me dicen los que, desde un atril subvencionado, marcan una línea ideológica común, siempre contraria a los gobiernos constituidos por la voluntad mayoritaria de los españoles, cuando esa manifestación sitúa en el poder al Partido Popular.

Supongo que es fácil caer en el populismo cuando las cámaras de una televisión pública, que es de todos, te brindan la posibilidad. Ese populismo no deja de ser un fiel reflejo de una sociedad que ha abierto sus puertas a una cultura del espectáculo, carente de valores y principios éticos y morales. Ello es así cuando, por seguir con la consigna unificada, una actriz es capaz de utilizar la figura de un padre recientemente fallecido, como argumento para seguir los vientos y corrientes de una marea blanca que defiende un modelo de sanidad pública.

Hablar es fácil, argumentar ofrece mayores dificultades. Tres años ha tardado Candela en denunciar a la opinión pública la falta de mantas y agua en un hospital de Cataluña. Tres años en los que tal vez olvidó que la sanidad es una competencia delegada en las Comunidades Autónomas, y que en ese tiempo la gestión correspondía a una administración dirigida por un gobierno tripartito, encabezado por el Partido Socialista catalán. Pero no quiero caer en el error de Candela y marcar mis reflexiones desde un punto de vista ideológico o político. Sería deseable, por la memoria de un padre o familiar fallecido, presentar las oportunas reclamaciones efectuadas cerca de la dirección del hospital, denunciando la falta de mantas y agua en el centro. Candela no está hablando de retrasos o de listas de espera en consultas o intervenciones quirúrgicas, que pudieran haberse producido por una u otra circunstancia ajena o no al centro, sino de la falta o carencia de uno de los más elementales servicios, cual es la de dar calor y calmar la sed de un familiar enfermo.

Querida Candela, presenta esas denuncias a las que estarías obligada en razón de tu parentesco y amor filial, también las respuestas que en su momento te ofreció la dirección del hospital. Preséntalas o simplemente he de decirte que no te creo. En ese atril generoso que los españoles te hemos concedido, te has permitido denunciar ante la opinión pública unas carencias tan básicas y esenciales que simplemente pienso que no han existido, pero que era lo que correspondía con la línea argumental que, cada año, cuando quien nos dirige no se corresponde con vuestra opción ideológica, establecéis el colectivo de actrices y actores del cine español.

Tenía a gala no hablar de la Gala...