martes, 30 de abril de 2013

HENRY CARTIER BRESSON: ESTAR EN EL MOMENTO PRECISO

Cuando lees la biografía de Henry Cartier Bresson llegas a la conclusión de lo evidente de algunas de sus frases: "el secreto es que la gente olvide que hay una foto", "la fotografía es aprovechar el momento". Claro que sí, esa es la aspiración de todo aquél que en sus manos deposita una cámara de fotos, del que sale una mañana de sus domicilio con la intención de inmortalizar el momento preciso, el instante que le concede el regocijo pleno de poder captar  "la foto". Buscamos "la foto", tal vez ahí esté nuestro problema, porque la fotografía no se busca, es ella la que te encuentra, viene a ti como un halo de viento que salpica tu cara, la fotografía, en palabras de Henry Cartier Bresson, "te muerde". La fotografía es aprovechar el momento. La fotografía es una "cuchillada".

Cierto es que también interviene el azar. En muchas de las instantáneas de Henry Cartier Bresson, la suerte juega es un factor fundamental, pero de ella se dice que también te encuentra. Cartier Bresson creía en el azar porque la vida era una incesante provocación, una sucesión de acontecimientos efímeros y ordinarios, siendo la vida la que te proporcionará y regalará el instante preciso.

También el genio. Muy pocos seríamos capaces de captar a un vagabundo neozelandés cuando se celebra el funeral de Winston Churchill, pero ese era "el momento", el instante que acredita la trascendencia de la muerte del héroe británico de la segunda guerra mundial, porque hasta el mendigo concede importancia al evento.

Se formó en el arte de la pintura. A ese arte retornó en sus últimos años porque para hacer fotos "ahora hay mucha luz". La pintura es meditación, reposo, la fotografía es "zas", el hacer las cosas rápido o, simplemente, no hacerlas. Por eso señala que "la fotografía es la captura de un momento después de un movimiento", el silencio que escucha la palabra.

Esta línea de actuación la mantuvo en los retratos. Para Henry Cartier Bresson retratar es estar con los protagonistas y esperar a que algo pase. Sus retratos testimonian que, sin duda, algo ocurrió.

Hay algo más. Ser testigo de grandes acontecimientos mundiales también obedece a un profundo entendimiento de la política internacional. Ese conocimiento es el que le hace "estar en todas las partes", allí donde ocurrieron los grandes hitos de la historia del siglo XX.

Henry Cartier Bresson concedió una gran importancia a la geometría que surge de lo que se nos presenta. Lo importante es que esté todo en su sitio. Retomo estas palabras para señalar que tras su muerte, a los 96 años de edad, esa geometría, la que proviene del orden de las cosas, ya no existe, porque tras su marcha, muchos aspectos del mundo de la fotografía, evidentemente ya no se encuentran en su mismo sitio, su ausencia ha dejado un hueco imposible de rellenar, nos queda su obra, un inmenso regalo.

       
     

     


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